Burgos lanza el nuevo ciclismo

Todas las miradas del pelotón apuntan a Burgos, la lanzadera del nuevo ciclismo. Ya hay carreras menores en marcha, pero la ronda castellana se erige como la primera prueba internacional en tiempos de pandemia, la pionera en la aplicación de unas estrictas medidas consensuadas con la UCI, el CSD, la Junta de Castilla y León… Esta 42ª edición, que se celebrará del 28 de julio al 1 de agosto, se presentó ayer envuelta en ese ambiente de excepcionalidad. “Será histórica”, afirmó César Rico, el presidente de la Diputación. Y lo será por la complejidad que supone controlar un deporte en el que los ciclistas compiten juntos durante días y se mueven geográficamente con el resto de la caravana como una ciudad ambulante. Un día antes del acto, la organización publicó un protocolo y 17 anexos, que se centran en crear burbujas independientes entre los nueve colectivos que integran la carrera. Un reto mayúsculo del que estarán pendientes otros prestigiosos eventos como la Vuelta a España, que colabora intensamente con la de Burgos. Y, por supuesto, el Tour de Francia.

Hay otra razón, más deportiva, que también hará “histórica” esta edición: el elenco. La ronda burgalesa andaba habitualmente perdida entre el Tour y la Vuelta, sin lograr captar a los que venían de una, ni a los que preparaban la otra, pero en este 2020 se ha convertido en el pistoletazo de salida del reestructurado calendario… Y todos quieren correrla. La organización ha recibido peticiones de 36 equipos, por lo que ha aumentado el pelotón de los 18 previstos a 22. De ellos, 12 son de categoría WorldTour, cuando en los dos últimos años vinieron cuatro. La Diputación barajó cancelar la carrera, como han hecho otros, pero finalmente captó que en el corazón de la crisis suele haber una gran oportunidad. Y ahora todos los ojos mirarán a Burgos. A su organización y al espectáculo de la carretera.