NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

CICLISMO

Un Tour en Burgos

Crece la expectación por la primera cita de nivel en el nuevo calendario (28 julio-1 agosto), a la vez que la organización trabaja en los protocolos sanitarios.

Un Tour en Burgos
Ricardo Ordóñez

La Vuelta a Burgos, cita tradicional del calendario ciclista español, se ha convertido en este 2020 en una de las carreras que más expectación están generando de cara al regreso de la actividad tras la pandemia. Su categoría, UCI Pro Series, y su ubicación, del 28 de julio al 1 de agosto, la colocan como la primera carrera de alto nivel tras el parón por la crisis sanitaria y eso hace que el mundo del ciclismo tenga puestos los ojos en la 42ª edición de una prueba, en cuyo palmarés relucen nombres de la talla de Lejarreta, Delgado, Zulle, Rominger… o más recientes como Valverde, Nairo o Sosa.

Tanto interés ha repercutido en el nivel deportivo, ya que se espera una participación digna de una grande. De hecho, la selección de equipos está siendo un quebradero de cabeza, ya que hasta 36 se han interesado por estar en la línea de salida, de ahí que se haya elevado el número de formaciones de las 18 previstas a 22. El reglamento UCI les limita a que sólo puedan estar 15 de los 19 World Tour. El criterio que se ha seguido parece lógico: dentro de los cupos que permite UCI, apoyo al ciclismo nacional (estarán el Movistar, los tres Continentales Profesionales y los dos Continentales), la fidelidad de las escuadras en las ediciones en las que no han tenido tantas facilidades para completar el cartel y las que mejor participación llevarán.

Una carrera que ha salido adelante por el convencimiento de la Diputación de Burgos, “que ha tenido la visión global de ver que la prueba podía suponer una inyección a la hostelería, el turismo… en tiempos complicados”, asegura Marcos Moral, veterano director de la carrera. Pero él mejor que nadie sabe los obstáculos a los que se van a enfrentar por la crisis sanitaria y que está exigiendo a la organización un esfuerzo mayúsculo, ahora dirigido a adecuar el protocolo sanitario dictado por la UCI a las normas españolas para recibir así el visto bueno del CSD. Preparativos, que también incluyen algunas modificaciones en el recorrido aún por anunciar, de los que otros organizadores estarán muy pendientes, incluido Unipublic, como test de cara a la Vuelta en sus nuevas fechas (20 octubre al 8 de noviembre).

“Estamos trabajando muchísimo para que todo salga bien y poder ser el prototipo en el que se fijen otras pruebas”, cuenta Moral, consciente de que muchos ojos estarán encima de la carrera. No obstante, también han sido numerosas las cadenas de televisión de todo el mundo que han pedido retransmitir la carrera. La Vuelta a Burgos es consciente de que serán de los primeros en enfrentarse a la nueva normalidad, con los riesgos que ello conlleva, pero en caso de que todo salga bien, se convertirán más que nunca en un inmejorable escaparate de la provincia burgalesa.