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Hay una frase en el comunicado que difundió este miércoles la Unión Ciclista Internacional que explica el motivo del terremoto en su calendario y de la invasión del Tour de Francia de las fechas de su hermanada Vuelta a España, más allá de huir de la amenaza del coronavirus, que, por supuesto, sigue siendo la razón principal de cada decisión que se toma en el deporte y en la vida durante estos nubosos días. La frase dice: “La celebración de este evento en las mejores condiciones posibles se considera esencial dado su sitio central en la economía del ciclismo y su exposición, en particular para los equipos que se benefician en esta ocasión de una visibilidad sin igual”. Se utiliza la palabra ‘economía’. Ahí está la clave.

Todos los actores del ciclismo, pero especialmente los equipos, están sufriendo mucho las consecuencias económicas de la pandemia. No es algo muy diferente a lo que sucede en otros deportes, aunque en este caso concreto, los equipos tienen una dependencia absoluta de sus patrocinadores como principal fuente de ingresos. En el ciclismo no hay taquillas. Sin visibilidad de la marca, el pelotón se derrumba. El Tour supone cerca de la mitad de los impactos publicitarios de una escuadra profesional durante la temporada. Esos beneficios sólo se aproximan a los que recolectan las formaciones italianas y españolas en las dos grandes carreras de casa. Por eso el mensaje pactado y unificado ha sido: ‘Todo por el Tour’. Y, detrás, el Giro y la Vuelta. El consenso ha sido amplio: equipos, corredores, organizadores, la UCI… Todos entienden que salvar el Tour es salvar el ciclismo.

Ahora hay que completar el rompecabezas: encajar el Giro y la Vuelta en un otoño donde seguramente tendrán que solaparse en alguna semana, porque adentrarse mucho en las inclemencias de noviembre es de alto riesgo para la ronda española, que circulará íntegramente por el norte del país. El ciclismo ya tiene su plan de rescate. Otra cosa es que la evolución de la pandemia permita que una ciudad ambulante ruede por medio centenar de ciudades durante esas fechas. Esa es la otra clave, que no entiende de economía.