Los retadores del Big Three
Rafa Nadal tuvo una bola de set con su servicio en el primer parcial del partido ante Dominic Thiem. No la resolvió. El austriaco salvó la situación, propinó un break al español y acabó ganando la manga en el desempate. El tenis está lleno de lances como ese, de momentos delicados que decantan la victoria a un lado o al otro. Los campeonísimos suelen solucionar estos episodios a su favor. Eso es lo que distingue normalmente a un gran jugador de un jugador excepcional. Por ello Nadal, Djokovic y Federer llevan tanto tiempo al frente del escalafón mundial y forman un Big Three irrepetible. Lo mismo ocurre con los tie-breaks, cuyo ranking recoge a los tres mosqueteros en el top-5. Rafa ocupaba la quinta plaza con un 60,9% de efectividad antes de su encuentro ante Thiem, que exhibía un porcentaje bastante menor, un 52,8%. Con las estadísticas en la mano, y con su hoja de servicios, Nadal tendría que haber ganado este miércoles alguno de los tres desempates ante su rival. Y perdió los tres. Cuando un choque está tan igualado, la capacidad de resolver los trances más sensibles inclina la balanza.
Nadal suele volcar estas situaciones hacia su lado, por eso está donde está, por eso suma 19 torneos de Grand Slam y ocupa el número uno. Pero sucedió al revés. Thiem hizo un gran partido y fue mejor en los momentos decisivos. El austriaco es la quinta raqueta de la ATP, un candidato habitual a coronarse en un Grande, que ya había puesto otras veces en apuros a Rafa: su balance es de cinco triunfos en 14 duelos. La derrota del balear en los cuartos de Australia, que además complica su trono mundial, era una posibilidad previsible. No se puede tildar de sorpresa. A la par, Thiem confirma los indicios de relevo que asoman en el horizonte. Una semifinal la jugarán Thiem-Zverev. La otra, un clásico: Djokovic-Federer. Hay retadores para el Big Three. Cada vez más cerca.