"Yo debo adaptarme a los jugadores"

Entre la euforia y la pasión por empatar el derbi, y el "orgullo" que sobrevoló por la sala de prensa del RCDE Stadium, pasó desapercibida una frase de Abelardo. "Yo debo adaptarme a los jugadores". A lo que añadió: "Y no al revés". El técnico, quien espera dar con la tecla para salvar al Espanyol, puso encima de la mesa uno de los debates más antiguos del fútbol, como el del huevo o la gallina, o de si el jugador nace o se hace o aforismos de este tipo que nos acompañan cada día. Un eterno retorno de debates que llenan hojas de papel.

La frase de Abelardo choca de raíz con el método de su antecesor, Machín, quien intentó implantar su sistema (3-4-2-1) y colocar a jugadores en posiciones desnaturalizadas, como ocurrió con Vargas. Con Gallego, tres cuartos de lo mismo. El técnico catalán se mostró más flexible, cambió de sistema pero el equipo no encontró comodidad porque no se vio reflejado, desgraciadamente. Con Abelardo se pone de relieve otro estilo de entrenador y el sábado se vieron unas pinceladas. Más allá de sistemas o estilos, todo parte de implicar al jugador en su rol y que el equipo crea. De lo contrario, ¿cómo pudo ser que se viera un Espanyol tan bien trabajado con solo cuatro entrenamientos? Creer es poder, ahora.