La Vuelta al norte de España
La Vuelta a España 2020 será la Vuelta al norte de España. No es la primera vez. En la edición de 2012, igual que ocurrirá el próximo año, Madrid ya se erigió como el punto más meridional del recorrido. Hay que ver también el lado bueno: el pelotón agradecerá esas temperaturas previsiblemente más frescas durante la segunda mitad de agosto. Andalucía tendrá que esperar a una mejor ocasión para acoger la ronda española, por segunda vez consecutiva. La salida desde los Países Bajos, que convertirá a Utrecht en la segunda ciudad que alberga metas de las tres grandes, después de la belga Lieja, condiciona en parte el dibujo del trazado, del que ya han transcendido algunos detalles relevantes a través de las típicas filtraciones de los políticos en los medios locales.
La gran noticia desvelada hasta el momento es un final en el Tourmalet, el primer gran puerto de la historia del Tour. No es una novedad que la Vuelta visite los Pirineos franceses, ya celebró etapas en Luz Ardiden, Peyragudes, Cauterets, Aubisque… pero ahora dará el salto al coloso más mítico. Su presencia ya justifica un recorrido, pero habrá más condimento. Como esa cronoescalada a Ézaro, que obligará a los ciclistas a cambiar de bicicleta en plena faena. O los inéditos Moncalvillo y Laguna Negra. O el tradicional Arrate. Todavía faltan por saberse las etapas de Asturias, un terreno siempre prometedor. Y el perfil de otras jornadas que, sin terminar en alto, darán bastante juego. De aquí a la fecha de presentación, el 17 de diciembre en Madrid, es presumible que la actualidad esté salpicada de más pormenores y de más sorpresas. Ante la incertidumbre de la participación, la Vuelta ha apostado desde hace varios años por la personalidad del recorrido. Y el descubrimiento de cada llegada, de cada subida, se ha convertido en una de sus principales salsas.