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Sergio Ramos carece de méritos olímpicos

Faltan nueve meses para la Ceremonia de Inauguración de los Juegos Olímpicos, para que la delegación española desfile en Tokio a la estela de un ilustre abanderado que no se decidirá hasta unas fechas cercanas a ese 24 de julio de 2020, cuando se conozca la participación, que se estima en torno a los 300 deportistas, parecida a Río 2016. Son nueve meses, un embarazo, para terminar de gestar el equipo de España, para rematar la preparación de los atletas, para soñar... En AS hemos aprovechado la fecha para lanzar también una serie de eventos, con unos Desayunos Olímpicos que estrena Alejandro Blanco, el presidente del COE, con un completo repaso de la actualidad del olimpismo que, por supuesto, incluye el ardiente debate sobre el futuro abanderado en Japón.

La conclusión de Blanco sobre el debate es que no hay debate: “Sergio Ramos no puede ser el abanderado. Es imposible”. El dirigente alude a la norma del COE que se aprobó por abrumadora mayoría antes de Atenas 2004 para que Arantxa Sánchez, que reapareció para jugar dobles, no desbancara a Isabel Fernández, que lucía un oro y un bronce. Desde entonces, el abanderado se decide por méritos olímpicos, según la siguiente pirámide: oros, platas, bronces o participaciones. Obviamente, Ramos no cumple ningún requisito, aunque la controversia no sólo ha circulado en torno al futbolista. También hay voces que apuestan por Mireia, por otra mujer deportista o por Chuso García Bragado, que cumplirá sus octavos Juegos con 50 años. En el camino hubo alguna excepción, como Pau Gasol cuando sustituyó a Rafa Nadal, aunque en su caso sí exhibió currículo olímpico. Blanco no contempla más salvedades. Así que, según la norma, y a falta de la clasificación, los tres candidatos son, por este orden: Saúl Craviotto, Mireia Belmonte y Lydia Valentín. No hay debate.