A un año de los Juegos...

Falta un año para la apertura de los Juegos Olímpicos de 2020, esos que la crisis económica, la sombra del dopaje y los caprichos del COI alejaron de Madrid para llevarlos a Tokio. El tiempo dio la razón a la candidatura española, hay que adaptar los Juegos a las ciudades y no las ciudades a los Juegos. La capital de Japón asumió el discurso después, amoldó sus condiciones a las nuevas necesidades, y hoy nos encontramos ante un evento prometedor. Esta vez, en contraste con ediciones precedentes, no se habla de retrasos en las construcciones, ni de contaminación en el aire o en las aguas, ni de la proliferación de mosquitos, ni de amenazas de seguridad… De todas esas cosas que ocupan la información previa a los Juegos Olímpicos, y que desaparecen de la actualidad cuando los deportistas comienzan a competir.

Esos deportistas están en pleno proceso de clasificación. Algunos, pocos, ya la han logrado. España ha asegurado plazas en tiro, arco, atletismo, natación, fútbol… Y otros se han cerrado las puertas, como ese rugby que no ha podido emular el pleno de Río. Hacer un cálculo de medallas es prematuro, porque se sucederán preolímpicos hasta poco antes de la inauguración, pero el COE y el CSD manejan las cifras habituales, ese techo cercano a la veintena. Ponerle nombre es otra cuestión. Por citar un par de ejemplos, en estos días estamos viendo bajar a Mireia Belmonte, pero subir al waterpolo. O no sabemos cómo evolucionarán dos viveros como el piragüismo o el taekwondo, pero el karate apunta alto y la vela quiere resurgir. Aún es pronto, sí, pero ya hay ganas. Estamos en la cuenta atrás.