A Nadal le va la juerga

Rafa Nadal ya está en cuartos del US Open, su 40ª presencia en esta ronda en un Grand Slam, después de un vibrante partido de octavos ante Marin Cilic, ante el que encajó su primer set en contra del torneo. Cilic se coronó en Estados Unidos en 2014, no lo olvidemos. El español resurgió ante el croata y sedujo a la grada con algunos golpes imposibles, con esas 'nadaladas' tan frecuentes en su tenis, que al día siguiente se viralizan en vídeos digitales. El público disfrutó de lo lindo, con su amigo Tiger Woods al frente de la jarana nocturna, desatado en cada golpe ganador. Recordemos que la afición neoyorquina es diferente, que come, bebe y monta bulla como en ningún otro Grande. Nadal ha sabido adaptarse a esa algarabía, y hasta luce una indumentaria negra para la ocasión, que sólo utiliza en Nueva York. A Rafa le va la juerga.

El US Open, con tres trofeos en cuatro finales, es el segundo Grand Slam que mejor se le da a Nadal, después de su estratosférico récord en el intocable Roland Garros. En Australia ha disputado más finales (cinco), pero con peor balance (un triunfo). Este curso ha llegado fresco, aparentemente sin los problemas físicos que le han azotado en otras oportunidades. Su parte del cuadro se presenta nítida: ahora le toca Schwartzman y en una hipotética semifinal, Monfils o Berrettini. Hay que respetar a cada rival, pero el camino está despejado hasta la final, donde ya no se verá con Djokovic, retirado por una lesión. Allá asoma Federer, con quien, paradójicamente, nunca se ha medido en el US Open. Siempre con permiso de otros dos huesos: Dimitrov y Medvedev. Hay motivos para el optimismo. También para la cautela.