Nueva York vibra con Nadal
Nadal se sobrepuso a un mal inicio y machacó a Cilic tras levantar al público con un par de puntos increíbles. Ya suma 40 cuartos en Grand Slams. Su rival será Schwartzman.
Está crónica podría haber contado que Rafa Nadal superó un mal día para pasar a cuartos de final del US Open, la 40ª ocasión que llega a esa ronda en Grand Slams (9ª en Nueva York). Y así era hasta que en el cuarto juego del tercer set reaccionó con esa furia de la que tira a demanda, cuando le hace falta, y que casi siempre le funciona.
El balear había perdido el segundo parcial ante Marin Cilic (el primero que cede en el torneo), tras ganar el inicial más por inercia y deméritos del rival que por su buen juego. No encontraba la manera de restar en condiciones los saques del croata, sobre todo de revés. Pero en un momento de inspiración, se diría que divina, levantó al público de sus asientos con un par de puntos increíbles en ese juego antes referido, y el devenir del partido cambió completamente. Primero metió uno de esos remates de espaldas que domina también y después se defendió con un globo altísimo que Cilic no supo machacar; Nadal contestó con un nuevo globo y cuando le llegó otra vez la bola colocó un golpe ganador tremendo de revés cruzado. Su amigo Tiger Woods, que sufría y maldecía en la grada del estadio Arthur Ashe (a descubierto ya sin riesgo de lluvia), alucinó como el resto del respetable. Desde ahí, un 11-2 demoledor de Rafa con el que se llevó por delante al balcánico, atónito, que para postre casi encaja dos roscos. Al final, 6-3, 3-6, 6-1 y 6-2 en 2h:49.
Nadal sufrió con su servicio en el arranque del encuentro, pero terminó con un 83% de puntos ganados con primeros; el drive, que no le corría mucho de inicio, le alcanzó luego para enviar la bola hasta las líneas; con el revés abrió ángulos tremendos, se adelantó un poco para restar y colocó más saques directos (11) y más golpes ganadores en total (38) que su rival, sin necesidad de subir mucho a la red. Todo en una hora y pico de tenis maravilloso que culminó con un winner por fuera de la red que tuvo al público gritando durante un minuto, mientras el Tigre lo celebraba como si hubiera metido un hoyo en uno. “Es fácil de describir y difícil de hacer. Se necesita un poco de suerte”, dijo después.
Buena racha
De esa forma tan rotunda, Nadal logró meterse entre los ocho mejores de un grande por novena vez consecutiva desde que el luxemburgués Muller le apeó en octavos de Wimbledon 2017. Y tiene cada vez más cerca y posible la gloria de un nuevo título, que sería el 19º. En su camino, que nada ha tenido que ver al final con el que se preveía según el ranking de sus rivales, está este miércoles Diego Schwartzman, con quien tiene un balance de 7-0. Si supera al argentino podría vérselas en semifinales con Monfils o quizá Berrettini, antes de una hipotética e histórica final contra Federer, ya que sería su primer duelo en el campeonato neoyorquino.