Djokovic se va entre pitos
Djokovic se retiró cuando perdía en octavos con Wawrinka por dos sets a cero y 2-1 en el tercero. El público de la Arthur Ashe abucheó al tres veces campeón cuando se marchó.
Novak Djokovic no iba de farol. Mucha gente pensaba que el serbio fingía en el US Open, que su lesión en el hombro izquierdo no era tan grave como parecía. Esas sensaciones se acrecentaron después de su contundente victoria ante el estadounidense Denis Kudla en la tercera ronda.
Pero ni Carballés, ni Londero ni el propio Kudla eran rivales con la suficiente entidad como para calibrar el verdadero estado del balcánico. Este domingo, apareció Stan Wawrinka, ganador de tres Grand Slams, y las heridas de Djokovic se descosieron. El suizo, venido a menos pero con una capacidad innata para jugar al tenis, no perdonó a Nole, que no pudo afrontar el reto físicamente. Un dato que demuestra que no estaba bien, es el inusual número de errores no forzados que cometió antes de retirarse (35). Durante el encuentro, recibió tratamiento médico.
Stanimal ganó los dos primeros sets y con un quiebre en blanco en el tercero, tras una doble falta de Novak, le dio la puntilla (6-4, 7-5, y 2-1 en 1h:46), la excusa que quizá necesitaba el número uno del mundo para hincar la rodilla, marcharse a casa y pensar en próximos objetivos. El público no lo entendió y abucheó al tres veces campeón del torneo (2011, 2015 y 2018) cuando abandonó, con el pulgar de la mano izquierda apuntando hacia arriba, la gigantesca Arthur Ashe, que se le vino encima. Injusto final. Un superclase como él no podía arrastrarse por la pista ni jugar con dolor a sus 32 años sin opciones de éxito. Que se lo digan a Nadal. Es la sexta vez que el tenista de Belgrado se retira en un Grand Slam, tras Roland Garros 2005 y 2006, Wimbledon 2007, Australia 2009 y Wimbledon 2017.
Wawrinka (34 años), beneficiado por la desgracia de su rival pero merecedor de lo que le está pasando, se enfrentará el martes al ruso Daniil Medvedev (5º favorito), que se impuso al alemán de previa Dominik Koepfer (3-6, 6-3, 6-2 y 7-6 (2).
Mal humor
Djokovic había mostrado claras señales de su malestar. Dio la rueda de prensa previa al campeonato a regañadientes, un día después que sus compañeros; comparecía taciturno en la sala de conferencias; y el día del duelo contra Kudla tuvo un enfrentamiento con un aficionado durante el calentamiento y otro con un grupo de espectadores que grito en mitad de un punto durante el partido. Era evidente que no estaba de humor. Ahora su futuro es incierto. Dependiendo del alcance de su dolencia, podría perder el número uno a manos de Nadal. En Nueva York se ha dejado 1.820 puntos y de aquí a final del año defiende 2.600. Si Nadal gana el US Open, se quedará a sólo 640. La lucha está que arde.