Motor en sesión continua
Los dos principales Mundiales de los deportes del motor, la Fórmula 1 y la MotoGP, coinciden este domingo. Será la primera de las ocho veces que se tapen en el calendario, entre ellas las tres últimas fechas del motociclismo. Cada campeonato tiene sus propios intereses, y en buena parte también su propio público, pero las dos disciplinas ganarían foco si evitaran estas concordancias. La semana pasada, y la próxima, no ha habido ni habrá grandes premios. Por ejemplo. Pero el calendario está así, y así tendremos que disfrutarlo. Sus carreras estelares al menos no se solaparán: la F1 se disputará en Bahréin a las 17:10, y MotoGP en Argentina, a las 20:00. En ambos casos son las segundas citas del curso, por lo que servirán para despejar las primeras incógnitas que dejó la competición en Australia y en Qatar.
La Fórmula 1 mostró un dominio autoritario de Mercedes y una debilidad poco acostumbrada de Ferrari, que parece enmendarse para Sakhir si nos atenemos a la pole de Leclerc y a la segunda plaza de Vettel. La séptima posición de Carlos Sainz, cuyo coche salió ardiendo en Melbourne, también nos genera un prudente optimismo. En MotoGP, el discurso previo ha girado en torno al dudoso spoiler de Ducati, que siempre juega al límite con la tecnología, y siempre por delante de sus competidores. Para satisfacción de los aficionados a este deporte, aquí no es tan decisiva la moto como el coche en la F1. Es importante, claro. Y en una élite tan igualada, cualquier ventaja puede resultar decisiva. Aunque, por fortuna, el piloto todavía tiene mucho que decir sobre una moto. Y aquí el mejor se llama Marc Márquez.