El fútbol, ante el peligro del ECAxit
La ECA tiene reunión hoy y mañana en Ámsterdam. Una buena ocasión para saber lo que hay. Tengo curiosidad de saber si irán esos clubes de clase media que, deslumbrados por el brillo de los más ricos, se apuntaron, a cambio de una palmadita en la espalda. Ahí están apuntados 232 clubes, lo que excede con mucho la capacidad de absorción de una Liga Europea, por muy ‘Súper’ que sea. A lo sumo cabrían ahí 32 equipos, en una primera y una segunda división. Los otros casi doscientos están cavando su propia tumba, porque el proyecto de fondo incluye asaltar los fines de semana para la Superliga Europea, desplazando a las ligas nacionales al martes y al miércoles. Eso las arruinaría.
Se trata de un proyecto urdido por los poderosos en torno a ese ‘macrocarranza’ que Stillitano ha ido construyendo, esa International Champions Cup, un gazpacho de partidos en tres continentes. Eso ha alimentado la fantasía y la codicia de Agnelli y Florentino, que están dando el turre con el asunto desde hace tiempo. Me parece un plan dañino, y además inviable en estos tiempos por prematuro. Pero me preocupa, no sea que en estos tiempos en los que sin saber ni cómo ni por qué nos vemos con un Brexit encima de la mesa, una conjunción parecida de mezquindad por una parte y estupidez por la otra, provoque un ECAxit que desmorone de golpe el buen sistema actual.
Por eso espero con atención estas jornadas. Espero averiguar qué pintan en la ECA el Athletic, el Valencia, el Sevilla, la Real, el Villarreal y el Málaga y qué postura van a tomar. Y me extraña la calma con que asiste a este proceso Rubiales, al que hemos visto saltar como una pantera ante temas bastante menores. ¿Le da igual que nuestra Liga pase de domingos a miércoles? ¿Piensa que cuando haya un ECAxit podrá controlar sus horarios a fin que el mediodía del domingo sea espacio sagrado para la Segunda B, la Tercera y la Regional? Espero que su fobia a Tebas unida a su reverencia a Florentino no nublen su juicio. Lo que quieren poner en marcha unos pocos es malo para todos los demás.