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Cuando Valverde prefería la Vuelta a Murcia

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Hay una entrevista a Alejandro Valverde en el extinto Meta 2Mil que de tiempo en tiempo se rescata y cae como una losa sobre el actual campeón mundial. En aquel lejano 2003, cuando aún vestía el maillot del Kelme, se sinceró: “Me motiva más la Vuelta a Murcia que la Milán-San Remo”. Era la frase de un joven de 22 años que se había criado en la tradición ciclista española, que valoraba más las vueltas que las clásicas. Era un pensamiento que habían tenido muchos antes que él, cuando se veían estas carreras como un castigo y no como un reto al alcance. Lo chirriante de esa afirmación no fue tanto el fondo, sino la oportunidad, porque en esos años Óscar Freire estaba cambiando la mentalidad patria en el público y en el propio pelotón. En cualquier caso, han pasado ya 16 años, así que habrá que darle un valor relativo.

En el palmarés de Valverde ya aparecen grandes clásicas como la Lieja y la Flecha Valona, aunque aún persiste el debate de qué hubiera ocurrido si se hubiera dedicado más a ellas y se hubiera obsesionado menos con las vueltas. Nunca lo sabremos. Alejandro creció con sus sueños centrados en la Vuelta a España, que ganó en 2009, y el Tour de Francia, donde le vimos llorar cuando cerró el podio de 2015. Este sábado participa en la Milán-San Remo, que sólo ha corrido seis veces, con un 15º puesto como mejor clasificación. Siempre le ha gustado poco, quizá por la proliferación de velocistas en su historial. Pero puede mirarse en otros ejemplos: Bettini, Gerrans, Pozzato, Kwiatkowski, Nibali... Si quisiera, podría. Quizá ahora sea un buen momento. Con todo ya hecho, sin la presión del resultado, por el simple placer de competir... Y vestido de arcoíris.