Roma y Madrid: dos 'enfermos' con el mismo problema

Eusebio Di Francesco definió muy bien la situación de Roma y Real Madrid en este momento: "Dos equipos enfermos, que en las ligas domésticas tienen sus problemas". Su conferencia y la de Solari se podían intercambiar durante varias respuestas. Se habló de actitud, de contundencia, de cabeza, de cojones… Como si el problema, en el fondo, estuviese lejos de los pies y todo en la cabeza. Es innegable que la calidad de las plantillas de giallorossi y blancos le da de sobra para batir a equipos como Udinese, Eibar, SPAL y Alavés. Pero algo está fallando, no hay duda. Y esta es la noche adecuada para pasar página.

Porque si el Madrid, cuando respira el aire de la Champions, se hace gigante, el Roma tampoco bromea. Sobre todo en su estadio: en los últimos ocho partidos, lleva un empate y siete victorias seguidas, con 20 goles marcados y sólo dos encajados. Y eso que, por el Olímpico, han pasado también Atleti, Chelsea, Barça, Liverpool…

Eso sí, esta vez la magia de la Orejona tiene que duplicar su efecto. La lista de lesionados de Di Francesco ya era demasiado larga como para añadir las molestias musculares de Dzeko, una de las armas más letales en las noches de Champions. Para su sustituto, Schick, sería la noche más delicada de la carrera. El técnico estuvo pensando en otra sorpresa, como la zaga de tres con la que tumbó al Barça: un 3-4-2-1 para darle más seguridad a los centrales y, a la vez, más libertad a Florenzi y Kolarov. Dijo que, esta noche, ‘cualquier once es posible’ y buscará hasta el final la manera para sorprender a Solari, cuyos jugadores, a pesar de su mal momento, aquí en Italia siguen dando miedo. Veremos cuál de los dos enfermos encontrará en el Olímpico su medicina.