Neymar pide otra oportunidad en España
Harto, se supone, de chupar rueda de Messi, Neymar quiso volar por su cuenta y se fue al París Saint Germain, aspirando a individualizar sus éxitos como estrella máxima del club parisino, que pretendía a su vez elevarse sobre su condición previa a la de gran faro europeo. Bueno, pues de momento no se ha dado, ello a pesar de que a Neymar se unió Mbappé, tremendo valor de futuro, y que allí ya estaba Cavani, un enorme delantero. Los grandes equipos, como los mejores platos, se cocinan con tiempo y calor, no basta con echar a puñados estupendos ingredientes. Parece que ahora Neymar lo percibe y da muestras de inquietud.
Hasta hace poco, era visto como el hombre llamado a romper el duopolio Messi-Cristiano (o viceversa) por el Balón de Oro. Pero he aquí que eso se rompe y él no cuenta, suenan por delante los Griezmann, Modric, Mbappé, Hazard... Eso por un lado. Por otro, se fue del Barça para lucir lejos de la sombra de Messi y se ve en el PSG ocluido por la figura emergente de Mbappé, convertido en una especie de bien de Estado en Francia. ‘Liberté, Egalité’, Mbappé’, rezan unas camisetas muy vendidas allí. Con todo su arte, Neymar no termina de ser el jugador bandera del club en el que está. Disputa esa condición con Mbappé, que encima es más joven que él.
Así que mira otra vez a España, y se desliza desde su mundillo que podría liberarse por 220 millones en 2019, y por algo menos los años sucesivos. Lo que en su día fue una cantidad bárbara empieza a parecerlo menos, a medida que el fútbol sigue cabalgando sobre una inflación que nunca da síntomas de fatiga. Lo que se ha pagado después por Dembelé, Coutinho o hasta los juveniles Vinicius y Rodrygo hace mirar casi como razonables esos 220 millones por Neymar de aquí a medio año.Con Mbappé en propiedad del PSG (o sea, Qatar) y por tanto inabordable, queda él, así que Madrid y Barça se han puesto en primer tiempo de saludo.