El Madrid pisa el plan Miami de Tebas

Una vez que el Real Madrid se ha opuesto explícitamente, en comunicado oficial, a la intención de Tebas de que el Girona-Barça se juegue en Miami, las cosas son de otra manera. El Real Madrid no es cualquier cosa. En su afán por extender la nombradía de LaLiga por el ancho mundo, Tebas concibió la idea de algún partido, o algunos, a jugar fuera de nuestras fronteras. Arrastrado por su natural audacia, firmó en USA un contrato para quince años sin contar con suficientes apoyos. Le avalaba su acierto previo en tantas iniciativas provechosas para nuestro fútbol, pero aquí chocaba con el principio de la esencia del torneo, partido en casa-partido fuera.

La idea es buena en su intención: que LaLiga tenga mayor predicamento en Estados Unidos. Pero algo así requería de un consenso previo, en el que serían imprescindibles la Federación y el Real Madrid, entre otros. Sin eso, suena a conchabeo, a cencerros tapados, con Roures, el Girona y el Barça que no da para forzar, aunque sea por un día, la esencia del campeonato de Liga: todos contra todos, en un campo y en otro. Si se pretende alterar eso, que es mucho alterar, sólo puede hacerse a través de un amplio consenso y bien repartidos los beneficios. Si todo consiste en que a dos clubes se les paga un plus por ir a jugar a Miami, no andamos bien.

En su día, la Premier intentó algo en esa línea, pero en su caso desde un principio justo. Una última impar jornada en la que todos los partidos se disputarían fuera de Inglaterra. La iniciativa falló. Este modelo que pretende por Tebas es más difícil porque propone algo así como una asimetría blasfema. Y, lo que es peor, no lo ha explicado de antemano. Tebas anuncia ahora que acudirá a la Justicia, y uno se apiada del juez en cuyas manos caiga tal bochinche. Dudo que en tantos años de relaciones humanas hayamos creado leyes que prevengan un caso así. Cuando los romanos sintetizaron el Derecho no había fútbol. Me pregunto cómo acabará esto.