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Courtois y Oblak dejaron el derbi en 0-0

Hace pocos días, Messi se escaqueó de una charla de Valverde y ayer no salió en el once inicial. No sé si los hechos tienen más relación que la de su proximidad temporal, pero el caso huele a caso. Por cierto, es temerario dejar a Messi fuera, más en estos tiempos en que Piqué anda por uvas y el equipo tiembla. El resultado fue que el Athletic mandó en la primera parte y se adelantó. Cuando salió Messi, claro, todo fue otra cosa. El partido dio la vuelta, aunque se quedó en empate. Messi no está yendo con Argentina: ¿hay prisa por hacerle rotar? Se le ve últimamente ceñudo. Al final del partido hasta se trabajó una tarjeta amarilla.

Para el derbi madrileño ese resultado fue un regalo, pero ninguno lo aprovechó plenamente. Y bien que lo intentaron. Se vaciaron. El Atlético salió mucho mejor, desconcertando a un Madrid que se colocó peor y no se sintió cómodo. Llegó al descanso sin encajar gracias a Courtois, que salvó sendos mano a mano ante Griezmann y Diego Costa. A la vuelta del vestuario, salió Ceballos por Bale (con molestias musculares) y el Madrid se organizó mejor con un 4-4-2. Ceballos estuvo tremendo, en funciones habitualmente propias de Isco, y el Madrid volcó el campo sobre Oblak, que a su vez fue ahora el gran seguro de su equipo.

El saldo fue un derbi intensísimo, en el que se entregaron todos y que deja cosas. Deja los cambios de Diego Costa y Benzema cuando más dramático estaba el partido. Deja a Giménez elevado a un pedestal, compensando el descenso de un Godín al que se le notan los años. Deja a Ceballos plenamente reivindicado tras el ostracismo que sufrió con Zidane. Deja el debut de Vinicius, primer jugador nacido en el siglo XXI que aparece en el Madrid, y lo hizo con brío y atrevimiento. Deja la impresión de que ni Modric ni Griezmann comen en la mesa de Cristiano y Messi. Y deja a los atléticos tan recelosos del arbitraje como antes del VAR.