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Sin Nadal hay poca esperanza

España también perdió el dobles y se despidió de la final de la Copa Davis por la vía rápida: 3-0 ante Francia. El domingo no decidirá nada. Sin Rafa Nadal había poca esperanza para la eliminatoria y hay poca esperanza para el futuro. Pablo Carreño y Roberto Bautista no son peores que Benoit Paire y Lucas Pouille, como demuestran sus balances y como se vio en algunas fases de sus partidos, pero la Davis exige un paso más que este equipo no ha sabido dar. Cuando cargas con todo un país en tu camiseta y en tu raqueta, hay que masticar una responsabilidad que no digieres en el circuito. Cuando juegas para ti mismo, los resultados trascienden públicamente lo justo; pero cuando juegas para la Selección, protagonizas grandes titulares y abres telediarios. Esa presión agranda a unos tenistas y empequeñece a otros.

Carreño y Bautista no llegaban aquí con grandes gestas en la Davis. De hecho, la última hazaña la había protagonizado un veterano: David Ferrer. Pero ni Nadal es eterno, ni tampoco ninguno de esos coetáneos que supieron seguir su ritmo durante una época dorada del tenis español: Verdasco, Feliciano, Almagro, FerrerCarreño hizo lo que pudo hasta que se reprodujo su lesión, entre otras cosas desperdiciar tres bolas de set. Bautistaestuvo gigante, nada que recriminarle, aunque también cedió un 0-3 en la tercera manga, que acabó entregando. El dobles lo dábamos casi por perdido, aunque con Feli en la pelea no se descartara el milagro. No se trata de sacudir a este equipo por la derrota, sino de ser realista. Detrás de Nadal y de aquella generación, asoma la sequía, un desierto en el que no divisamos ningún oasis.