Djokovic y el genuino Big Three

Novak Djokovic empezó esta temporada con los mismos titubeos que en la anterior. Sus problemas físicos, su nueva situación familiar y sus cambios de técnicos le habían colocado lejos del mejor Nole, de aquel tenista voraz que ganó tres de los cuatro grandes en 2011 y 2015. Nadie podía imaginar que medio año después de someterse a una operación de codo, el serbio tendría otros dos títulos de Grand Slam en la buchaca, Wimbledon y US Open, y el número uno mundial en el horizonte. Si la campaña de 2017 se recordará siempre por el regreso de Roger Federer y de Rafa Nadal, tras estar prácticamente desahuciados por las lesiones, la de 2018 vive el renacimiento de otro treintañero: Djokovic. Eso dice mucho de estos tres genios. Y muy poco de la progresión de las siguientes generaciones.

Djokovic sumó en Nueva York su 14º Grand Slam, el mismo número que Pete Sampras. Ya sólo otea por delante a Federer y Nadal, sus dos coetáneos, que ondean 20 y 17 grandes. Durante un tiempo se acuñó erróneamente el término de Big Four, que incluía a Andy Murray. El escocés ha sido de los pocos que han plantado cara al estelar trío, pero la historia acabará reduciendo el grupo al Big Three, que podría definir perfectamente a los tres mejores de siempre. Murray está unos escalones más abajo, con tres grandes, igual que Stan Wawrinka. Una vez ratificado su retorno, Djokovic luchará por encaramarse al trono mundial de todos los tiempos. En este 2018, a Federer se le ha comenzado a ver la edad y a Nadal se le han vuelto a ver las lesiones. Dos baches que coinciden con un Nole resucitado y embalado.