La ACB preguntará a la calle

La ACB pasa por un buen momento económico. Tiene contratos firmados con dos de las grandes empresas españolas: Endesa y Movistar. La asistencia a las canchas también es óptima. Hay ciudades en las que su equipo de baloncesto es religión: Vitoria, Málaga o, más recientemente, Burgos. Estos números, que existen, no se pueden ignorar, pero tampoco se pueden ondear como una bandera para no cambiar nada. Son seguramente esos números los que han nublado la percepción de más de un club y de dirigentes anteriores, que no han querido o no han sabido ver que la ACB también tiene ciertos problemas. Más allá de estos patrocinios y de las aficiones fieles, no consigue atraer a un nuevo público. Los jóvenes actuales no suelen decir “me gusta el baloncesto”, sino “me gusta la NBA”. Hay que seducirles.

Antonio Martín, el nuevo presidente de la ACB, nos visitó este jueves en As con un mensaje nítido: “Hay que escuchar a los aficionados. No podemos quedarnos quietos a esperar que vengan, hay que saber lo que quieren para llegar a ellos”. Ya es un buen punto de partida. También una prioridad. Dice Martín que su principal preocupación es “interna”. Es decir, lograr que la mayoría reme en la misma dirección. Para captar esas sensibilidades de los aficionados se ha fichado a Ricardo de Diego, que viene del mundo del motor. Y para la gestión se nombró en marzo como director general a José Miguel Calleja, que compartirá responsabilidades con el ‘más deportivo’ Martín. La ACB pretende comenzar una nueva era, con un nuevo equipo, con el objetivo de hacer la competición más atractiva… Y más cercana a la realidad.