Wimbledon pasa del Mundial de fútbol

En los últimos días hemos venido contando cómo el Tour de Francia ha adaptado su calendario y su recorrido al Mundial de Rusia. La carrera ha comenzado una semana más tarde para coincidir lo menos posible con el fútbol, y la competición no se ha solapado con ningún partido. La primera etapa se adelantó para no pisarse con el Suecia-Inglaterra de cuartos y la esperada jornada del pavés llegará el domingo a Roubaix en torno a las 16:15, para que no haya interferencias con la final de la Copa del Mundo, que arrancará a las 17:00. Hay otra final de un torneo de tanto prestigio y de tanta solera como el Tour que empezará dos horas antes que el fútbol, pero coincidirá seguro con el Mundial. Nos referimos a la final de Wimbledon, programada para las 15:00. A pesar de las peticiones, no ha accedido a cambiarla.

El Tour de Francia amoldó su agenda mucho antes de saber si Francia iba a estar en la final o no. Pero Wimbledon sigue en sus trece, pase lo que pase este miércoles con su Inglaterra ante Croacia. El All England Club es un lugar imperturbable de tradiciones, un Grand Slam que mantiene su pureza blanca en la vestimenta, que designa los favoritos sin tener en cuenta a la ATP... Hay voces que se preguntan, incluso, por qué el Mundial no ha previsto que a esa hora se juega el torneo más añejo del tenis. Su director, Richard Lewis, ya ha dicho que las entradas están vendidas, que nada se va a cambiar y que ni siquiera se proyectará en sus pantallas gigantes. Que si los aficionados quieren ver el fútbol, hay wifi y móviles. Un error. El Mundial, el Tour y Wimbledon son eventos tan globales, de tanta grandeza, que nunca deberían taponarse.