Rubiales se la juega con Luis Enrique

Después de sopesar otras posibilidades, singularmente Quique Flores y Míchel, ya que otros posibles tienen contrato en vigor, sea con algún club (Quique Setién) o selección (Roberto Martínez), Rubiales ha optado por una solución de riesgo: Luis Enrique. Un buen entrenador, joven y con energía, pero absolutamente falto de tacto. Su pasado está lleno de actitudes exageradas, y no sólo contra el Madrid, del que salió alimentado de una fobia que le hacía parecer la Niña del Exorcista cada vez que regresaba al Bernabéu. En general se le ha visto desacomodado con todo salvo consigo mismo y sus sanas aficiones vigoréxicas.

Por supuesto que Rubiales sabe eso, pero confía en él por delante de Míchel o Quique Flores, las otras soluciones a mano, porque sus méritos deportivos son mayores y porque confía en su carácter, en su mando. Esto último no es baladí. Los supervivientes del grupo que un día fue campeón del mundo han desarrollado hábitos difíciles de corregir. Esto sí, esto no, nos acostamos tarde porque jugamos a las cartas y nos levantamos a una hora acorde con eso. Tras cada partido, día y medio de relax... Así iba la cosa, liderada por una pandillita. De Luis Enrique espera Rubiales que esa energía que volcaba hacia afuera la vuelque hacia dentro.

Es una decisión de riesgo. Ya lo fue echar a Lopetegui y ahora lo es la contratación de este hombre polémico, que ayer ni estuvo en la presentación. Ya veremos cuándo aparece y con qué humor. Le haría un favor a Rubiales si compareciera pronto, y con el talante que se espera de quien ocupa un puesto tan simbólico en la convivencia nacional como es el de seleccionador. Rubiales es muy valiente, eso lo ha probado, pero tampoco creo que aspire a verse como Padilla, con un parche en el ojo y escalpelado el cuero cabelludo. Luis Enrique le ayudará si comparece pronto y con aire conciliador. El 8 de septiembre nos espera Inglaterra en Wembley.