La campeona Muguruza supera los nervios y gana en su debut

Garbiñe Muguruza se presentaba por primera vez como vigente campeona en la pista central de Wimbledon, un honor que satisface , pero que también puede llegar a atenazar a los tenistas, más aún sí, como la española, son jóvenes. Garbiñe tuvo que superar el ambiente y sacudirse los nervios para vencer a una rival, Naomi Broady, en teoría inferior pero incómoda por su condición de británica y por su extraña forma de jugar, de esas que distraen. El caso es que la ganadora de 2017 arrancó con victoria ante esta invitada en dos sets: 6-2 y 7-5 1h:28. En segunda ronda se medirá con la belga Van Uytvanck (24 años y 47 del mundo), que ganó por un doble 6-2 a la eslovena Hercog.

Se trataba de pasar el trago del debut, del intento de ser la sexta jugadora que repite título en la Era Open (lo hicieron King, Navratilova, Graf, Venus y Serena Williams) y Muguruza lo hizo apoyada en su saque (80% de puntos con primeros) y en su potente derecha (18 winners), ante una tenista de 28 años, limitada por un revés bastante deficiente. Pero la clave del partido para la caraqueña fue su precisión en el golpeo, una característica que no es muy habitual en su juego de alto riesgo. Solo cometió 10 errores no forzados.

En el primer set, dos roturas (para el 2-0 y el 6-2) fueron suficientes para que Garbiñe se adelantara sin dificultades, pero en la segunda manga tuvo que trabajar bastante más para contrarrestar el orgullo de la jugadora local. No hubo pérdidas de servicio hasta el último saque de Broady, que se descosió tras evitar en su anterior turno que Muguruza cerrara antes la victoria. Pese a algunos fallos de bulto, pocos, y cierta falta de confianza en el segundo parcial, puede decirse que el estreno de la campeona fue bastante sólido. Pasado el trago del debut (acumula ya 15 seguidos con triunfo en los cuatro grandes), ahora solo le queda mejorar y creer en sus posibilidades.