Sin Federer tiene el mismo valor
Comenzó Roland Garros. Y lo hizo con sorpresa: la derrota de la vigente campeona, Jelena Ostapenko. Los estrenos no son fáciles. Este lunes debuta el hombre-récord, Rafael Nadal, diez veces vencedor en París. Sólo una mujer ha ganado un Grand Slam más veces que él: Margaret Court, con once títulos en Australia. Ahí se alza el nuevo listón de Rafa, que ya sumó esa cifra en Montecarlo y Barcelona. Hace tiempo que la pelea de Nadal es contra sí mismo y contra la Historia. Si el físico le acompaña, a sus 31 años todavía no tiene rival en tierra batida. Esa ha sido una de las preguntas más repetidas en vísperas: ¿Quién puede pararle? Salud, aparte. Hay tres nombres que despuntan: Nole Djokovic, cada vez más competitivo; Dominic Thiem, el único que le ha noqueado en tierra este año y el anterior; y Sascha Zverev, que le hizo sufrir en Roma. El benévolo sorteo envió a los tres al otro lado del cuadro, por lo que no se toparía con uno de ellos hasta la final.
¿Y Roger Federer? Ni está, ni se le espera. Evidentemente, una victoria de Nadal no valdría menos por su ausencia. Al contrario, si Federer no participa es porque se sabe inferior en esta superficie. Ambos se han complementado durante sus carreras, su rivalidad les ha hecho mejores. Sobre todo a Nadal, que supo superar los desafíos de batir a Federer en hierba y en dura. Y también de arrebatarle un número uno que parecía ocupar en propiedad. Pero en París la historia se ha escrito de otra manera. Aquí, Rafa ha sido inaccesible para el suizo. Su espantada no condiciona a Nadal, sino a un torneo y una ciudad que, por segundo año consecutivo, se queda sin disfrutar de una leyenda del tenis. No es un gesto a su altura.