Gracias Simeone. Gracias Griezmann. Gracias papá por hacerme del Atlético. Gracias los seguidores y a toda España en general que durante toda la jornada del miércoles han mostrado su apoyo a los jugadores rojiblancos. La Europa League ya está en casa. Será el primer trofeo que llegue al Wanda Metropolitano. Hasta la suerte se vistió de colchonera con error del Marsella al inicio del partido y el cabezado al palo de Mitroglou. La penitencia de las finales de Lisboa y Milán pasan a mejor vida y ahora buscamos coronarnos los reyes de Europa en Tallin a mediados de agosto en la Supercopa de Europa y deseamos que el rival sea el Real Madrid. Hay deudas pendientes.

El primer tiempo de la final es para olvidarlo, pero en el segundo se volvió a ver la mejor versión del Atlético de Simeone. Lo que nadie puede cuestionar es que Griezmann ya puede comer en la misma mesa de Cristiano y Messi. Fue fundamental, marcó las diferencias y, desde luego, en la fiesta de mañana en Neptuno se va a convertir en el epicentro de todos los cánticos y ruegos de los aficionados atléticos pidiéndole que se olvide del Barcelona y siga siendo la estrella del Atlético al precio que él quiera. Este Atlético de Simeone sigue haciendo historia y lo cierto es que en Lyon dejó claro que lo del Qarabag fue un accidente y que el año que viene en el Metropolitano va a por la Champions.

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*Datos actualizados a fecha 16 de mayo de 2018