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Por encima de todo, es un gran tío

Claro que me acuerdo de Paul. Era un tío estupendo. Afable, dialogante con los compañeros, muy campechano, con personalidad y, además, un excelente futbolista. Cuando lo fichó don Santiago venía de ser el lateral izquierdo de la Selección Alemana que había ganado el Mundial en 1974. Era un lateral rapidísimo y con mucha proyección en ataque. Quizás por eso Miljanic lo adaptó rápido al centro del campo, donde dejó sobradas muestras de su calidad. Era enérgico en el juego de recuperación y cuando se proyectaba para arriba creaba peligro. De lejos chutaba bien. Lo que no entiendo era la fama de raro que algunos se empeñaron en ponerle. Breitner era un gran tío. Recuerdo que lo hablaba con Velázquez o Amancio. Nos parecía un alemán que se salía de la fama que tenían.

Se puede decir que fue un acierto de fichaje. Aunque sólo estuviera tres temporadas, nos ayudó a ganar dos Ligas y fue un buen compañero para todos nosotros. Lo bueno de la época de don Santiago era que en los fichajes se miraba también la persona, no sólo la calidad del jugador. Paul jamás creó un solo problema en el vestuario. Me pareció ejemplar. Una pena que no se quedase más años con nosotros. Lo cierto es que en los años 70 se abrió la veda con los alemanes y nos fue bien con todos. Primero con Netzer, que era un centrocampista con una gran visión de juego; después con Breitner, del que ya he dicho todo lo bueno que ofreció; y por último con Stielike, que fue un ídolo para el Bernabéu. También recuerdo que de Alemania vino un danés llamado Jensen. Entre todos hicieron más grande al Madrid.