33 años… ¡37 goles!
Ídolo sin fronteras. Una hora antes de empezar el partido de tenis ante el Girona (6-3), en la Esquina del Bernabéu me encontré con varios fans del Madrid llegados desde el mundo árabe. Miembros de la Peña Jordan Blancos (Jordania), de Argelia y de Líbano. Todos con los ojos iluminados y llenos de esperanza. Y no sólo por la Champions. Les pregunté si les motivaba haberse gastado un dineral para venir desde tan lejos para ver un Madrid-Girona con LaLiga perdida. La respuesta me puso como una moto: “Señor Roncero, venimos a ver a Cristiano, el mejor jugador del mundo. Todo lo que nos gastemos por verle es poco. Un privilegio para nosotros. No nos dejará mal. Habrá merecido la pena”. Parece que el portugués hubiese tenido una cámara oculta junto a nosotros. Su exhibición ante el Girona le catapulta de nuevo en la cumbre de las cumbres. Meterle un póker a un equipo tan trabajado como el de Machín es como bañarse en un río de Moscú en pleno de mes de enero. Cristiano está en fase reivindicativa. Ante el Planeta Messi, en el que los fieles del 10 se encargan cada día de decir que es casi un insulto compararle con el argentino, y ante la planta noble del Bernabéu, que sigue chismorreando sobre Neymar sin ver el lujazo que tienen en casa. El argumento que daban para ponerle la proa era el de su edad. Señores, a sus 33 años lleva el vigente Balón de Oro nada menos que 37 goles, con un promedio superior al gol por partido (37 en 35 jugados) y una racha que le permitirá luchar por el Pichichi (¡Messi a la vista!) y la Bota de Oro. Entre lo que queda de Liga y de Champions puede llegar a la cota de los 50 goles. Un año más. ¿De verdad es un argumento el del DNI para dudar de sus prestaciones? Nooooooo.
Buen Girona. En el As de ayer les avisábamos. En una clasificación de lo que va de segunda vuelta, el Madrid iría líder (ahí sigue) y el Girona, cuarto. El equipo de Machín es la revelación y ya derrotó a los de Zidane en Montilivi. Los catalanes están atisbando la Europa League y a nadie sorprende. Juegan bien, aunque encajar seis goles puede decir lo contrario. De hecho, provocaron la primera mala tarde de Keylor en lo que va de temporada. Metieron tres goles y al final el propio Keylor evitó alguno más. El tico es humano. Si tenía que tener un mal día, que sea en la noche en la que sus compañeros hacen media docena al rival. El 6-3 final es un marcador de otra época, más cercana a nuestros abuelos...
Stuani, crack. Este uruguayo de 31 años huele la presa y más si va por los aires. Cabecea con fiereza y se mueve en el área como un halcón. Con su doblete, ya suma 17 goles en Liga. Ya me lo cantaron los amigos de la Federación de Peñas del Girona antes del match: “Ni Messi ni Cavani, el bueno es Stuani”. Genios y figuras.
Delicatessen. Lo narró con entusiasmo Antonio Romero en el Carrusel y yo me sumé a su emoción. El regate de cadera de Asensio que dejó tumbados a dos jugadores del Girona. Un poco de Asensio, es mucho...
Euforia vikinga. Esta goleada en modo Cristiano va por Pablo, un uruguayo de Rosario, pueblo de Godín, con sangre blanca nuclear (no quiere saber nada de su compatriota Luis Suárez, al que Cristiano ya dejó atrás). Y el triunfo va por doña Micaela (de la peña de Campos en Mallorca), don Eulogio (de la peña de Puerto de Menga en Ávila) y Santi, de Calahorra. Nos han dejado esta semana. Verán la 12+1 desde allá arriba...
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