Rossi, Márquez y el crecimiento de MotoGP

Valentino Rossi correrá hasta los 41 años. Como mínimo. No se me ocurre mejor noticia para lanzar el Mundial de motos. El anuncio asegura la presencia del mejor piloto de los últimos tiempos, y el más mediático, para tres temporadas, incluida la que comienza este domingo en Qatar. Lo más parecido que hay en el circuito es Marc Márquez, que hasta mejora sus números a su edad. El español tiene seis títulos mundiales, cuatro de ellos en MotoGP. Su espectacular pilotaje, sus salvadas, su valentía, su palmarés, su sonrisa... Todos estos ingredientes le colocan ya entre los más grandes del motociclismo. Las apuestas le señalan como máximo favorito. Lógico. Márquez lo tiene todo y, aun así, no logra asentarse entre los iconos del deporte español, ni alcanza las cotas de atracción y conocimiento de otros antecesores.

No me refiero a los fieles seguidores de las motos, que adoran a Márquez y se movilizan en masa para los grandes premios. Me refiero al gran público, a los aficionados que siguen varios deportes, no sólo uno, que ven a Nadal, a Gasol, a Alonso, el Tour... Y que últimamente tienen menor acceso a las estrellas de MotoGP. Hay tres razones, a mi entender, para ese freno. La primera y principal: la televisión en cerrado, que sí llega a sus adeptos, pero no gana refuerzos. La segunda: la competencia con otros deportes, en especial con su vecina Fórmula 1. Y la tercera: el dominio español. En otras condiciones, Marc Márquez paralizaría el país. Tengo la sensación de que desde dentro no detectan, o no aceptan, esas trabas que impiden un mayor crecimiento. Estamos ante un gran deporte, que no debiera ser sólo para moteros.