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Dos grandes carreras y una enorme incoherencia

La París-Niza y la Tirreno-Adriático son las dos primeras grandes carreras por etapas de la temporada. No es que lo anterior haya estado mal: Down Under, Valencia, Andalucía, Abu Dhabi… Pero en esto del ciclismo, aunque haya cierto empeño en la renovación, tienen mucho peso la solera, los países tradicionales, el calendario europeo… Y, por supuesto, los dos grandes organizadores: ASO (Tour) y RCS (Giro). En estas dos rondas participan este año prácticamente todas las estrellas del pelotón. Sólo se echa en falta a Alejandro Valverde y Nairo Quintana. Y no lo hacen de paseo, los entrenamientos con dorsal se acabaron hace tiempo. Gracias al circuito World Tour, a la exigencia de las marcas y a los nuevos métodos de preparación, todos los gallos salen en estas vueltas a dejar grabado su sello.

El resultado es que estamos viviendo dos competiciones de altísimo nivel internacional, con el atractivo añadido de que los españoles andan metidos en la pelea: Luis León Sánchez, que va líder, Marc Soler y los hermanos Izagirre, en la apodada Carrera Hacia el Sol, y Mikel Landa, en la Carrera de los Dos Mares. Ambas deparan espectáculo y ambas celebrarán sus etapas reinas en la misma jornada: el 10 de marzo… Porque ambas coinciden en el calendario durante cinco días, por una de esas incoherencias que el ciclismo todavía no ha resuelto. Este viernes, cuando terminó una, sólo restaban cuatro kilómetros para la conclusión de la otra. Este sábado, al menos, no se solaparán en televisión sus finales en alto. Pese a ello, la París-Niza y la Tirreno-Adriático compiten entre sí por la participación y el espacio. Se quitan foco. La UCI debería solucionar esta incongruencia.