El atletismo español supera el oasis de Ruth Beitia
Ya recuperados del sofoco que supuso la descalificación de Óscar Husillos, después de un rendimiento supersónico, es el momento de hacer balance de los Mundiales indoor de atletismo. Ha sido un buen campeonato para España. Tras el oasis que supuso Ruth Beitia en las dos últimas ediciones, quedaba por ver qué nivel podría alcanzar la Selección con su gran capitana ya retirada. Los pasados Mundiales al aire libre fueron un precedente poco esperanzador, sólo con Adel Mechaal cerca del podio. Había dudas razonables sobre el cambio de ciclo, pero se ha superado incluso con nota. No sólo por los resultados cosechados, esas dos medallas de bronce de Ana Peleteiro y Saúl Ordóñez, sino por el chorro de frescura que ha entrado en el equipo, por el descaro de los competidores y por su edad.
Quiero empezar por Husillos. Con el reglamento en la mano, su descalificación fue justa. Igual que aquella de Churandy Martina que dio el oro europeo a Bruno Hortelano. Entonces favoreció a España. Unas veces se llora y otras se ríe. Al menos nos queda el futuro: Husillos, a sus 24 años, puede correr muy rápido, por debajo de 45 segundos bajo techo. Colosal. También esperábamos a Ana Peleteiro desde su oro mundial júnior. La eterna promesa por fin ha pasado a firme realidad, con 22 años. Luego tenemos a Saúl Ordóñez y Álvaro de Arriba, de 23, que han competido sin complejos en el 800. El mediofondo sigue vivo. Tampoco Adel Mechaal ha dicho su última palabra. Y hay más: la nueva generación de marcha, Jorge Ureña, la esperanza de recuperar a Hortelano o Torrijos... El atletismo español vuelve a ilusionar.