Ruth Beitia es eterna: plata mundial en Portland a los 36

Se dice que los capitanes sacan a flote a los equipo en momentos difíciles... Pues Ruth Beitia tira del atletismo español entero. En los Mundiales indoor de Portland, a sus 36 años, la cántabra se colgó la plata en altura, duodécima medalla de su carrera en un gran campeonato. Le ganó la niña Cunningham (18 años), que no se intimidó ante la inmensa figura de Beitia.

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Porque Ruth es una institución cuando está cerca de la colchoneta. Con nueve participaciones en Mundiales indoor (la que más con Mutola), la española no sólo ha mantenido la forma con el paso del tiempo, sino que gestiona a la perfección los concursos. El de Portland fue limpísimo hasta 1,96 y Cunnigham, la hija de un afamado quarterback de la NFL, fue la única que siguió los pasos de la eterna Ruth. Las otras dos rivales que llegaron a la altura decisiva, Licwinko y Palsyte, se enfangaron en los pasos inferiores y eso sería decisivo para el reparto de medallas...

Cunningham también franqueó el 1,96 sin contemplaciones y Ruth se atrancó en el primer intento, pero se redimió en el segundo. Así selló su plata, porque ninguna superó el 1,99. El bronce fue para la polaca Licwinko y la lituana Palsyte se quedó fuera de juego.

Ruth, ganadora de la Diamond League en 2015, dijo en la previa: “Voy a por todas”. Y así fue. Sumó su cuarta medalla en unos Mundiales indoor (dos platas y dos bronces) y empieza con buen pie un año ilusionante: con Europeos y Juegos. Allí tendrá 37 años, pero no importa. Ruth es como el buen vino, mejor con los años, y su fino tobillo es eterno. Sin límites como ella, la última superviviente del atletismo español.