La jornada de Cristiano, Piqué y Yeray

Con alguna frecuencia un cambio es noticia. El del sábado en Orriols lo fue. Zidane quitó a Cristiano con 1-2 favorable al Madrid y el equipo se le cayó a partir de ese momento. No fue la primera vez que pasaba. Ya ocurrió LaLiga anterior en Las Palmas, también con 1-2 cuando le quitó (a falta de menos tiempo) y la cosa acabó 2-2. En aquella ocasión, Cristiano se retiró con más rebeldía que el sábado, cuando se limitó a mostrar extrañeza en el rostro, y tomarla con el cámara de televisión. Se fue sin gol, por cierto, y eso es lo que peor lleva. Hoy cumple 33 años (el mismo día que Neymar cumple 26) con poco que celebrar. Se le nota desconcertado.

En Barcelona, el hombre fue, claro, Piqué. Marcó un golazo e hizo a la grada el gesto ‘raulino’ de hacer callar. Respondía así a los insultos a su mujer de la última visita a Cornellà. No le ha bastado con lo de ‘Espanyol de Cornellà’, necesitaba algo más. Algún día debería pensar por qué todo le pasa a él, y no a otros, a no ser que esto consista en que le guste que todo le pase a él y lo disfrute. Y una sugerencia: deberían sancionarse estas actitudes. Hay tarjeta para el jugador que celebra con su grada, pero no para el que cambia la celebración de un gol por ofensa o desafío a la grada rival, y debería. Llámese Raúl, Messi, Cristiano o Piqué.

El tercer nombre de la jornada es Yeray, éste por un motivo más que feliz. El 23 de diciembre de 2016 le detectaron un tumor en un testículo; el 27 se lo extirparon; evolucionó bien, volvió a jugar el 4 de febrero de 2017, renovó, todo parecía olvidado... Pero en junio, un control dio mal. Tuvo que dejar la concentración de la Sub-21y someterse a la tortura de la radioterapia. Sus compañeros se raparon al cero, en un gesto que agradeció con lágrimas. En noviembre recibe el alta médica y afronta una dura recuperación. Ayer, por fin, vuelve al campo, con todas las de la ley. Justo ayer, sí, Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer.