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Mucho viaje de ida y vuelta a la Premier

De los movimientos de enero, me han llamado la atención dos fichajes del Sevilla, los ‘repatriados’ Sandro y Roque Mesa. Plenos triunfadores en LaLiga, en el Málaga y Las Palmas (cuyas penurias actuales tienen mucho que ver con sus marchas), se fueron ambos a la Premier, al Everton y al Swansea, respectivamente.  Salieron este verano, ya están de vuelta. Vienen a añadirse a la relación de jugadores de nuestro campeonato que prueban en la Premier y regresan pronto, aburridos o desencantados. También hubo quienes cuajaron: Xabi Alonso, Torres, Cesc, Arteta, Silva, Cazorla, Mata, Reina... Pero la lista de pinchazos es mucho mayor.

Iago Aspas, por ejemplo, un demonio en el Celta, antes y después, que en el Liverpool no cuajó. O Nolito. O Lucas Pérez. O Juanmi. O Jesús Navas. O Pau López. O Denis Suárez. O Albentosa. O Carles Gil. O Amat. O Borja Bastón. O Luis Hernández. Y no sólo españoles, ahí están los regresos al Atlético de Filipe Luis y Diego Costa. También los hay que van siendo casi niños y pinchan. Cesc y Arteta son excepciones felices. Piqué cuajó a la vuelta, tras pasar por el Zaragoza. Recuerdo haber conocido a San José en el Liverpool, donde pinchó, para luego triunfar en el Athletic. Pero en esa línea hay multitud de fracasos anónimos.

Quizá no sea buena idea para los padres llevar a esos niños allí. En cuanto a los profesionales, les fichan por lo que hacen en España y con frecuencia les ponen a hacer otra cosa. Luego están el clima, las comidas, el idioma y hasta la forma de entrenar. El cielo nublado, la noche tan rápida... Las esposas, cuando las hay, sufren el aislamiento, la falta de atractivos en la ciudad que les toque, si no es Londres. Van por un buen dinero, pero no siempre mentalizados ni seguros de que lo que quieren es eso. Por fortuna, tienen buen regreso, porque si les llamaron de allá fue porque tenían una fama bien ganada que no se pierde en unos meses.