El punto en común de dos talentos

Gareth Bale y Raphaël Varane son sin duda dos de los mayores talentos de la plantilla del Madrid. Dos futbolistas tocados por una vara mágica y que, desde muy pequeños, se diferenciaban de los demás a la hora de jugar con una pelota. Creo sinceramente que el club de la capital acertó plenamente al vestirles de blanco y, no lo olviden, ambos han participado directamente en esta época dorada de las tres Champions en cuatro años. La velocidad y la capacidad de marcar goles increíbles del galés y la eficiente elegancia defensiva del francés hacen de ellos dos perlas que cualquier entrenador en el mundo querría tener con él. Sin embargo, también comparten una cosa mucho menos alegre: el calvario de las lesiones repetidas. Hasta tal punto que cuando Zinedine Zidane tiene que dar el parte los problemas físicos de cualquier de los dos casi siempre dice: “Es poca cosa pero no vamos a arriesgar”.

Y así es porque el técnico galo nunca maquilla la verdad, pero estas “pocas cosas” son tan recurrentes que ya representan un gran freno al desarrollo de las carreras de ambos. Es hora ya de salir de los diagnósticos puramente físicos y de buscar las causas de estos problemas en el “coco”, incluso, en el alma. La somatización (influencia negativa de la mente sobre el cuerpo) es un trastorno ya muy bien identificado y sé que gente muy cercana a Varane ya no descarta solicitar la ayuda de un psicólogo o por lo menos de alguien que le “libere” de sus tensiones gracias a la palabra. Quizá sea éste el camino de la curación. Para Bale, también.