Tarragona 2018 merece respaldo
La capacidad organizativa de España es sobresaliente. Se ha comprobado en numerosas ocasiones, con Barcelona 1992 como gran referente. Durante la segunda y última jornada del Foro Eventos Deportivos, ED17, vimos otros ejemplos: el Valderrama Masters de golf, las finales europeas de rugby de Bilbao y… los Juegos Mediterráneos de Tarragona 2018. Me voy a centrar en estos últimos, por las descomunales dificultades que están teniendo que sortear. Tarragona se vio primero afectada por la crisis económica, que cambió profundamente sus planes; luego por el periodo del Gobierno provisional en España, que retrasó la llegada de las ayudas públicas y obligó a un aplazamiento de un año; y actualmente por los sucesos de Cataluña. Pese a todos los obstáculos, su alcalde, Josep Fèlix Ballesteros, mantiene la esperanza.
Ballesteros, que vive muy cerca el caso catalán, participó este viernes en el ED17. Era inevitable preguntarle por el asunto, sobre todo en un día tan marcado, unas horas antes de la declaración de independencia en el Parlament y de la aprobación del 155 en el Senado. En un ambiente tan incierto, el alcalde se autodefinió como “optimista compulsivo” y quiso poner calma: “Creo que la DUI no va a afectar…”. Apoyó su opinión en la “unidad institucional” que ha rodeado siempre al proyecto, “al margen de colores políticos” y con tres presidentes diferentes de la Generalitat. Hay preocupación, es lógico. Todos la tenemos. Pero pase lo que pase, y aunque no sea ahora una prioridad en Cataluña, debería mantenerse el respaldo y el respeto a unos Juegos que quieren ser “los Juegos de la paz, la concordia y el diálogo intercultural y religioso”.