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Madrid-Tottenham, leyendas enfrentadas

En el Tottenham que hoy visita el Bernabéu destaca un delantero, llamado Kane. Brillante personaje. No necesita mayores elogios, sus números le preceden.  Las dos últimas temporadas ha sido el ‘pichichi’ de la Premier, con 25 y 29 goles respectivamente. He ahí un tipo certero, llamado a plasmar en eficacia lo que otros no consiguen, en la insistencia de su juego. A los de mi quinta, esa sencilla eficacia de Kane ante el gol nos recuerda al ya remoto Jimmy Greaves, que llegó a decir que para él marcar un gol era como cerrar suavemente la puerta de un Rolls&Royce. El gol como sinónimo de elegancia. En eso se movía Jimmy Greaves.

Este Tottenham que hoy visita al Madrid no deja de ser heredero de una ilusión. Santiago Segurola lo cuenta en este mismo ejemplar.  El Tottenham significó al principio de los sesenta la apertura del fútbol británico a un espacio artístico del viejo y rústico fútbol inglés, tan venerable como objetable. Eso pasó hace cincuenta años o más. Para muchos será ya irrelevante. Pero aquel movimiento del Tottenham en los sesenta  acercó dos mundos, que llevado a aquel tiempo eran Inglaterra y el Resto del Mundo. Y de todo aquello, el Tottenham más la feliz influencia de Brasil, salió el fútbol mestizo que hoy disfrutamos. 

Lo que hoy visita al Madrid no sólo es el Tottenham de estos días, es también ese que hereda su enjundiosa carga histórica. Tampoco este Madrid es el de Di Stéfano, Puskas y Gento, pero es bueno que los veintidós que salgan hoy sepan que defienden algo más que el resultado de esta noche. Todos ellos son herederos de un estilo, de una ilusión colectiva. Cuando Pochettino dice que hasta que no has jugado en el Bernabéu es como si no te hubieran bautizado, está valorando como algo extra el partido de esta noche. Es el Madrid contra el Tottenham, es el choque entre dos tradiciones. Es un partido que merece mucho la pena.