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Si no marca Messi, marca Autogol

¡Qué mal sienta perder en el último instante! El Atlético, que tiene algún tenebroso recuerdo en ese sentido, revivió ese escozor anoche, en el estreno europeo del Wanda Metropolitano. Fue una jugada simple, a partido sicológicamente terminado para los rojiblancos, pero no para el Chelsea. Marcos Alonso apareció por el lado contrario, descuidado en el marcaje, la puso al centro y Batshuayi la metió en la caja. Ese gol deja muy desacomodado al Atlético, con un punto de seis. La victoria que se escapó en Roma, que hubiera sido merecida y quedó en empate, se une a esta derrota ante un Chelsea de tronío. Ahora toca remar río arriba.

Y la verdad es que tampoco puede quejarse mucho el Atlético. El Chelsea fue mejor. Más potente, más seguro, con un ritmo constante que sujetó al Atlético en su medio campo. Si se adelantaron los de Simeone fue por una melonada de David Luiz, un penalti cebollino que le delata de nuevo como central carente de fiabilidad. Después de eso, el Atlético tuvo incluso la oportunidad de doblar la ventaja al filo del descanso, en un avance aislado con rebote y tiro final de Saúl que se marchó fuera. Pero el partido fue del Chelsea antes, durante y después de todo eso. Morata empató, de un limpio frentazo, y al final llegó lo irremediable.

El Barça ganó en Lisboa con un tanto del segundo goleador del equipo, que se apellida Autogol. Ya lleva cuatro: uno al Betis, dos al Girona y el de anoche, que llegó tras una serie de rebotes modelo petaco. Autogol no llega a competir con Messi, pero está al quite para cuando éste no marca. Resulta más fiable que Luis Suárez, hasta podríamos decir que mata la nostalgia de Neymar, a la espera de que se cure Dembélé. Y, ya citado Neymar, digamos que la gran noticia de la noche fue el rotundo 3-0 del PSG sobre el Bayern, con escenas de reconciliación entre Neymar y Cavani y mosqueo de Mbappé al ser cambiado. Estos van a dar mucho que hablar.