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La Fiscalía cae sobre Cristiano Ronaldo

Ayer nos visitó la alcaldesa de Madrid, deferencia que se agradece. Aprendimos mucho de la ciudad, que es la mía, y nunca termina uno de conocerla. Dimos un repaso a muchos temas deportivos, desde la base a la élite, desde los niños que juegan en los barrios (a Manuela Carmena le preocupa mucho la violencia, tantas veces de origen en los padres y está en campaña contra eso) hasta el nuevo estadio del Atleti. En un momento salió la cuestión de los ingresos tremendos de los futbolistas. Yo defendí que los futbolistas que ganan enormidades son sólo los mejores, y que no ganan más que los mejores rockeros o los mejores actores.

Lo que no es admisible ni comprensible es que regateen a Hacienda. Ahora es Cristiano quien está en problemas. Ya le ha denunciado la Fiscalía, acusado de lo mismo que ha llevado a Messi a su condena: de “la interposición de un sujeto pasivo del impuesto diferente del real, ubicado en el extranjero, lo que favorece la ocultación...”. La cantidad defraudada sería de 14,7 millones de euros. Siendo así, tendría que entregar esa cantidad, más los intereses, más una multa de entre un cuarto y la mitad de lo defraudado. Gestha, el sindicato de inspectores de Hacienda, afirma en un comunicado que se arriesga a una pena entre dos y siete años de cárcel.

No sé qué saldrá de esto, pero me pregunto qué necesidad tienen estos jugadores que ganan tales enormidades de verse en semejantes aprietos. Como en el caso de Messi, son personas o sociedades contratadas para hacerles los papeles y los autores del lío. Y se irán de rositas. Pero, ¿no es mejor decirles al hacerles el encargo, incluso exigirles, que lo hagan todo limpio, sin riesgos? La pretensión del ‘yo no lo sabía’ ya se la tumbaron a Messi bajo la figura de ‘ignorancia deliberada’. O sea: no lo has sabido porque no querías saberlo. Y luego viene el sobresalto, el descrédito para el club y para el fútbol y la perplejidad del aficionado.