El Real Madrid según Fernando Redondo
Según se acerca la final de Cardiff, se agranda el recuerdo de la Séptima, aquella final que el Madrid le ganó a la Juventus en Ámsterdam, contra pronóstico. Aquel equipo no había ganado la Liga, como éste, sólo había sido el cuarto. Una cantada. Incluso fue motejado, por su abandono en tantos partidos, con el infamante apodo de ‘La Quinta de los Ferraris.’ Pero en aquel grupo había calidad y personalidad para las grandes ocasiones. Ahí estaba Panucci, que aguantaba cualquier crítica. Los centrales eran Sanchis y Hierro, casi nadie al aparato. En la ida y vuelta, Seedorf. Raúl y Mijatovic arriba. Gente muy seria.
En medio de todo eso estaba Redondo, con su manejo. La gente del Madrid aún le recuerda, muchos por aquel taconazo en Manchester, lo que peor define su juego, los más por su mando de los partidos, por su fútbol de control, más elegante que profundo, fundamental en los tramos altos de la temporada, cuando la fatiga general da más papel a los jugadores sobrios, científicos, de panorama. Su salida del Madrid fue mal vista por una gran parte de la afición. Fue la primera decisión de Florentino como presidente. Yo la entendí: buscaba otro Madrid, y le resultó. Pero el sello que dejó Redondo sigue en la memoria de muchos madridistas.
Ahora, Matallanas ha hablado con él en vísperas de otra final ante la Juve y da gusto leer esa entrevista. Zidane me recuerda a Del Bosque, dice. Muy bien. Y sigue con las consideraciones sobre lo que para el Madrid supone y pesa la obligación de ganar siempre, más lo que significa Sergio Ramos en el grupo, más su visión de las figuras inmensas de Roberto Carlos, Maldini y Marcelo. Más su visión sobre Isco, Carvajal, la cantera y sus valores, y sobre las urgencias de la Juve y la permanente hambre de títulos del Madrid. Nunca fui tan ‘redondista’ como los más de mis mejores amigos, pero me identifico con su manera de mirar esta final.