Sobre Llorente, Theo, James y Griezmann
Una final de Copa ante el Barça es toda una prueba de fuego para un jugador joven. Se puede decir que Marcos Llorente (22) y Theo (19) la pasaron con brillo, para gozo de los madridistas. Llorente recuperó 14 balones, una barbaridad (es el hombre récord de LaLiga, con 302), y empujó lo suyo en la fase de dominio del Alavés en la segunda mitad. Su cabeza vendada, fruto del golpe con Mascherano, del que éste salió peor librado, contribuyó a dar un tono épico a su partido. Theo arrolló por su banda menos que otras veces, pero marcó un gol extraordinario. Un gol que acredita su pierna izquierda como algo especial.
Para la plantilla del Madrid son dos buenos complementos, porque vienen a desdoblar los dos únicos puestos que no lo están, los de Casemiro y Marcelo. A cambio, el Madrid aligerará el exceso de medias puntas. James se despidió explícitamente en su último partido en el Bernabéu. Un gran jugador, al que el diseño del 4-3-3 con la BBC ha impedido triunfar en el Madrid, para lo que reunía sobradas condiciones. Algún abandono pasajero le hundió aún más. Isco ha acabado por ganarle la partida en la disputa por las ocasiones que han ofrecido las constantes recaídas de Bale, completando un final de temporada sensacional.
¿Y James? Le quieren en Manchester todos menos uno: Mourinho. Mourinho al que quiere es a Griezmann, del que cada vez veo más aficionado atlético harto, o por lo menos ofendido por sus declaraciones de quita y pon. Eso de que quiere ganar títulos... El Atlético había ganado LaLiga (y al Barça en el Camp Nou en la última jornada) justo antes de llegar Griezmann, hasta entonces sólo un delantero emergente en la Real. Y el Atlético bien podría ser el vigente campeón de Champions de no ser por el penalti que el francés falló en Milán. Pero se ve que él no lo recuerda así y parece pensar que el Atlético le viene pequeño. Y no.