Cristiano alcanza ahora su mejor forma
En Vigo pasó lo que tenía que pasar: un Celta desilusionado por lo de Manchester acabó goleado por el Madrid, en el que Cristiano, otros dos goles, está alcanzando su mejor momento de la temporada justo ahora, cuando termina. Al revés que los años anteriores, en los que llegaba fatigado y dolorido por exigirse más de la cuenta, en pie casi sólo por su fuerza de voluntad, ahora está tremendo. De acuerdo con Zidane se ha administrado mejor, y entre eso y que ha completado su adaptación a una posición más centrada y con esfuerzos no tan largos, termina la temporada como un cañón. Es una garantía para Málaga y Cardiff.
Y eso que bien podría haberse perdido el partido de Málaga. Ya con 0-2, cuando el partido parecía entrar en fase anodina, todo se alborotó por dos decisiones contradictorias entre sí de Martínez Munuera, a sendas caídas o piscinazos de Iago Aspas y Cristiano. Muy seguidos. A Aspas le costó una segunda tarjeta y su equipo se quedó con diez; Cristiano escapó sin tarjeta. Hubiera sido la quinta, con lo que se habría perdido Málaga. Munuera también le perdonó una segunda muy clara a Casemiro. Con todo ello (muy seguido), el partido se emborronó, con el público enfadado y los celtistas desahogándose dando leña sin disimulo.
Fue un final feo para un partido que hasta entonces fue por buenos cauces. El Madrid marcó pronto, pero luego se desparramó y el Celta mandó hasta el descanso. A la vuelta del mismo, Guidetti, otra vez él, falló un gol a pase de Iago Aspas y de vuelta de la jugada Cristiano hizo el segundo. Todo quedaba resuelto. Luego, lo dicho: la bronca. Y tres goles más, repartidos. El Madrid está en la frontera del título, a sólo un punto. Le basta empatar en Málaga donde le espera un equipo que, al revés que el Celta, está en un momento de disfrutar del fútbol, y con un killer, Sandro, en el eje del ataque. El Madrid tiene el título a mano, pero tendrá que pelearlo.