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'Leganeses' que desalojan a históricos

En octubre recibimos al Leganés en AS: presidenta, entrenador, capitán... Una comida institucional. Contaron que les había sobrado dinero al hacer la plantilla: “Muchos no han querido venir”. Y pusieron un ejemplo: “Tal jugador prefirió ir al Betis por menos dinero”. Hablamos de las causas: el poco atractivo de un club del cinturón de Madrid, pequeño estadio, un paso por Primera que preveía fugaz... “Si nos asentamos será otra cosa. Pero este primer curso va a ser difícil”. Ha pasado el primer curso y el Leganés permanece. Vi ‘in situ’ su partido contra el Betis: 4-0. Pensé en el que rechazó la oferta. En el Betis no ha pasado un año feliz.

El Leganés se ha mantenido mientras bajaban Osasuna, Granada y Sporting, equipos con historia, y pisa las huellas del Eibar, instalado en Primera con aire permanente. Ambos son clubes sin pedigrí que han llegado sin deudas a estos años de control económico, que sólo permite gastar según lo que se debe y se ingresa. Como eso viene acompañado de unos derechos de televisión en ascenso, se puede decir que han llegado justo a tiempo. Y vienen otros por detrás. El Girona tiene ya un pie en Primera. El Reus y el Lugo se van instalado en Segunda y ya miran con un ojo hacia arriba, estimulados por esos ejemplos del Eibar y el Leganés.

No hay que estudiar a Arquímedes para saber que el espacio que estos vienen a ocupar ha de ser liberado por otros. Y no sólo los recién descendidos, citados antes. El Valladolid al menos aún aspira al ‘playoff’, pero el Zaragoza vegeta en Segunda, como el Córdoba. Mallorca y Elche, corren serio riesgo de bajar a Segunda B, donde están el Racing y el Murcia, aspirando al menos a retornar, y el Hércules y el Recre, atascados ahí. Todos arrastran deudas del tiempo en que valía todo y que se acabó. Ya no pueden gastar en plantillas lo que no tienen, eso se acabó con el control económico. Su retorno va a ser difícil. Su sitio está cogido.