Lo caro que sale Bale y una lanza a favor de Zinedine Zidane

Capricho e imprudencia. Si se mira desde la perspectiva del entrenador, la alineación del galés ante el Barça sólo se puede calificar de imprudencia. No era el partido contra el Barcelona el momento ideal para asumir riesgos innecesarios. Es tal la proyección del Clásico que Bale le pidió a su entrenador ser de la partida o, al menos, eso alegó Zizou cuando fue preguntado por la presencia del galés en el once. Los jugadores, además de futbolistas, son multinacionales que necesitan retroalimentar su personaje en ventanas de máxima audiencia. Ahora, además de su categoría, su fragilidad ya es planetaria. El trasfondo político es indiscutible y el coste, demasiado alto: la fatídica decisión hace sentir menores a Asensio, a Isco, a James, por no hablar de Lucas Vázquez, que el domingo se fue a la grada. Perder tres semanas a Bale, con la semifinal de Champions ante el Atlético por delante, es de una frivolidad insultante.

Será por dinero. El diario británico The Guardian calculó el salario semanal de Gareth Bale, tras su renovación, en 288.000 libras, lo que vienen a ser 338.000 euros. La fragilidad del fichaje más caro de la historia del club, como demostró Football Leaks, está saliendo por un pico. Gajes del oficio. El colmo de los colmos sería que el Madrid se metiese en la final de la Champions League, con permiso del Atlético, y que Bale dijese que está al ciento por ciento para jugar ese partido. Un jugador tan reincidente requiere de una vuelta progresiva. La jerarquía en este Madrid se la ha dado más su precio que su rendimiento.

Más aciertos que errores. Zidane erró en la elección de Bale, pero de todos los entrenadores que ha tenido el Real Madrid con este presidente es el que más ha rotado a la BBC, el que más ha pensado en el grupo y menos en la moqueta, el que más lejos ha llegado con James y el que está en una disposición óptima de abordar un doblete. Puede que, si no hay títulos, como Ancelotti, tenga que coger las de Villadiego antes de tiempo. Puede, incluso, que sea él quien decida buscar nuevos horizontes. Fue el primero en abrir el debate sobre su futuro. Lo que está claro es que, por lo hecho hasta la fecha, es un gran entrenador para el Madrid y merece tener mirada de proyecto y no de interino.