El papelón que haría Bartomeu en el palco del Santiago Bernabéu
Un cinismo irresponsable. Resulta triste, pero no sorprendente que Gerard Piqué, con el chándal de la Selección puesto, decida marcar la agenda mediática tres semanas antes del Clásico del 23 de abril. Que nadie se equivoque. Eso forma parte del show y de la hoja de ruta del propio Piqué. Dos días después, cruzaba whastapps con Sergio Ramos para felicitarle por su cumpleaños en tono de colegueo. Sin embargo, es inconcebible que el Barcelona, a través de sus máximos dirigentes, haya decidido secundar la acusación del no capitán del Barcelona. No ha especificado el presidente Bartomeu si tampoco le gustan los valores del Real Madrid, tocando lo único sagrado que tiene un club, como son los sentimientos de sus aficionados.
La visita al palco. Si realmente el presidente azulgrana y su vicepresidente Jordi Cardoner piensan que Piqué no ha dicho ninguna mentira, entiendo que no tendrán la desfachatez de pisar el palco del Santiago Bernabéu, ése en el que se tuercen voluntades, hasta judiciales según ellos. Como si la zona noble del Camp Nou fuese ejemplo de algo. Desgraciadamente, no conozco ningún palco en el que el poder, estatal, local o autonómico, no planee y sobrarían dedos de una mano si contásemos los dirigentes que, a nivel profesional, se acercan al fútbol, sin intereses empresariales, políticos o sociales, más allá de lo deportivo o lo sentimental.
El próximo lateral izquierdo. El Madrid busca un recambio para el puesto no duplicado de la plantilla, que es el de Marcelo. Theo Hernández, el espectacular lateral del Atlético, cedido en el Alavés, suena con fuerza. Hasta allí, todo normal. La cuestión es si tiene sentido tener a un lateral de 19 años cuarenta partidos en el banquillo, cuando lo que necesita es seguir cogiendo experiencia y minutos de juego en un equipo de nivel Champions. Después del papelón de Coentrao, habrá que valorar, como ya hace el Bernabéu, el excelente rol que Nacho desempeña en el Madrid. La identidad de los canteranos siempre generó vínculos emocionales con la grada. Nacho se ha ganado cada aplauso y la titularidad en el equipo a pulso.