De locos. Parece que uno lo ha visto todo estando el Atlético de por medio. Sólo lo parece, porque el equipo rojiblanco a veces se supera. Ayer fue uno de esos días en los que lo hizo. Disparó a portería una y otra vez, acorraló al rival, remató a los palos, la defensa del Alavés sacó balones debajo de la portería, marcó de penalti en el descuento y cuando ya parecía que iba a ganar... Sucedió que el conjunto vitoriano marcó en el único tiro a portería que hizo en todo el partido. Algo difícil de explicar para alguien que no haya visto el partido. Fue un final de infarto, uno de esos finales a los que a veces nos acostumbra el Atleti. Una pena que no se llevara el triunfo porque lo mereció. Pero en el fútbol no gana quien lo merece sino el que marca goles. Y el Atleti no lo hizo.
Bombardeo. Torres le dio otro aire al equipo en la recta final. Comenzó un poco frío, pero luego se fue metiendo en el partido. Le faltó marcar. Como a Gaitán. Gameiro sí lo hizo, aunque mandó a las nubes un balón delante del portero en una jugada en el primer tiempo. Todos nos quedamos cabizbajos cuando el partido acabó porque no fue normal lo que pasó con ese 1-1 final. Pero la lectura positiva es que el Atleti no jugó mal, el equipo rojiblanco tuvo mil ocasiones, desborde...
Luchador. En la previa ya advertimos que el Alavés había puntuado en sus dos últimas visitas al Calderón. Los precedentes no eran buenos en este sentido y al final el equipo se dejó dos puntos que pueden tener su peso en oro al final de la competición. Los 400 aficionados vitorianos que estuvieron en la grada fueron los que festejaron de lo lindo el gol postrero de Manu García. Tuvieron ese golpe de suerte que en numerosas ocasiones favorece al más grande y que en esta oportunidad se alió con el más pequeño.
Tiago. Salió en el once inicial y fue una gran noticia para el Atlético. El portugués parece ya recuperado de la grave lesión que sufrió la pasada temporada y poco a poco tiene será el de antaño. De momento, el Atleti ha recuperado a Tiago y el tiempo y los partidos mostrarán su mejor versión.
Ánimos a Moyá. Desde el fondo sur se pudo ver una pancarta de apoyo a Moyá, quien estará dos meses de baja. El cancerbero siempre ha mostrado un gran respeto a la grada y a la camiseta rojiblanca y la gente del Atleti siempre se lo ha agradecido. En momentos complicados como el que atraviesa el portero, buenos son los mensajes de ánimo de la hinchada.
La grada. La hora del partido no impidió que hubiera una gran entrada. Tampoco que estemos en fiestas vacacionales. En el Calderón la afición tiene ganas de ver a los suyos, de animar, de empujar, de dar el aliento a un equipo que quiere darle muchas alegrías a los suyos. Los que lo vivieron en directo sufrieron y otros lo hicieron desde la distancia. En Guadalupe (Cáceres) desde horas antes Ariadna y Raúl padecieron lo indecible. Se casaron hace unos días y el Atleti es una de sus pasiones. Ojalá que puedan celebrar muchos éxitos con su equipo del alma. Enhorabuena también a todos esos socios y abonados rojiblancos que han decidido seguir un año más al lado de los suyos. Sufrirán porque no hay partido que el Atleti no lo haga. Sufrirán, pero cuando lleguen los triunfos, seguro que los saborean el doble. La locura de partido, y sobre todo de final, sólo le dio al Atleti un punto. Mucho trabajo para tan poca recompensa.