Una Muguruza de major… y la número dos del mundo

Por Marta R. Peleteiro MPeleteiro_AS

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Con 22 años, Garbiñe Muguruza Blanco ha devuelto el lustre al tenis femenino español al imponerse en Roland Garros y ganar así su primer título de Grand Slam. 2.000 puntos y dos millones de euros (antes de impuestos) que dejan también otro premio: ser la segunda mejor tenista del mundo por detrás de Serena Williams, quien fue la rival sobre la tierra batida de París.

Una hora y tres cuartos (7-5 y 6-4) de tenis excelso y con la cabeza bien fría para superar a una rival que no se encuentra en su mejor momento, pese a seguir un escalón por encima de las demás jugadoras del top-10, y con la que ya había chocado en la que fue su primera final de un major, el pasado Wimbledon. El mismo torneo donde ahora tendrá que confirmar estas buenas sensaciones a finales de mes y principios de julio.

La hispano-venezolana es ahora una de las tenistas de moda en todo el mundo y con este primer Grand Slam calla las bocas de aquellos que todavía la consideraban una tenista inexperta y algo inmadura por su juventud, aunque lleve ya unos años dando guerra para demostrar por qué debe estar entre las primeras y, por qué no, ser incluso la sucesora de Williams al frente de la clasificación, una vez que la hegemonía de la estadounidense parece estar llegando al final o, al menos, no vemos una clara recuperación desde el pasado US Open. Además, psicológicamente Garbiñe es una tenista que no tiene miedo, que juega de tú a tú a cualquier rival, confiando en su estilo y sin dejarse amilanar por el nombre de la que esté al otro lado de la pista o el palmarés de la misma, que en este caso era de la friolera de 21 títulos de Grand Slam. De hecho, ante Serena ambas parecían respetarse la una a la otra y querer acortar al máximo los puntos para no dejarse someter.

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Con un juego potente y dominante desde el fondo de la pista, con un claro buen control de su saque (pese a las dificultades que tuvo en la final parisina para meter algunos servicios, quizás producto de los nervios), Muguruza es una de las pegadoras del circuito a la que no le faltan nada de ambición ni de personalidad para poder aumentar el número de títulos grandes en sus vitrinas.

Ahora, además, parece que ha aprendido a calmarse y a jugar con todavía más cabeza de lo que lo hacía por ejemplo el pasado año, cuando vimos incluso cómo rompía con su entrenador. Se trata de una tenista que sabe lo que quiere y lo que debe hacer para conseguir esas metas. Prueba de ello es que para ganar en París únicamente ha cedido un set en todo el torneo.

Asimismo, el físico está también de su lado, ya que es una tenista alta (1,82), grande y de gran potencia, con una agresividad que muestra no solamente en su servicio sino también en sus calculados restos y en los tiros planos. Y todo esto unido a su gran determinación por estar en lo más alto puede hacer que tengamos ante nosotros a una de las tenistas que volverán a escribir la historia de este deporte en nuestro país, como lo hicieron en su día Conchita Martínez o Arantxa Sánchez Vicario, quien fue por cierto la última en ganar el abierto francés hace dieciocho años, allá por 1998, cuando levantó su tercera copa sobre la arcilla parisina.

Garbiñe se une así a la larga lista de triunfos españoles en Roland Garros: Manolo Santana (que hizo doblete), Andrés Gimeno, Arantxa Sánchez Vicario (tres), Carlos Moyà, Sergi Bruguera (con otro doblete), Albert Costa, Juan Carlos Ferrero y Rafael Nadal (con la friolera de nueve copas).

Serena sigue sin recuperar su nivel

Una de las mayores incógnitas del tenis femenino es saber si Serena Williams recuperará su nivel previo al US Open del año pasado. Desde que cayese en la edición de 2015 sobre las pistas de Flushing Meadows cuando buscaba cerrar todo el Grand Slam en el mismo año, parece que no pasa por su mejor momento y a veces da la impresión de tener poca frescura en las piernas cuando la vemos sobre las pistas. El Grand Slam en la misma temporada era todo un reto, pero también lo es el hecho de que esté sólo a un major de igualar a Steffi Graf con 22 títulos, algo que quizás esté suponiendo mucha presión para una tenista que sigue siendo la número uno con 34 años a sus espaldas.