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De Müller a Müller, aquel gran Nápoles y el talento de Iheanacho

El Nápoles no pudo. Aquel gol de Maradona a Tacconi, el remate imposible a la escuadra izquierda cuando el Nápoles tenía la magia del más grande entre los grandes. Se desinfló este Nápoles cuando Higuaín vio la roja en Udine, y la Juve se llevó una liga tras regalar doce puntos en las primeras jornadas. Se llegó a comparar aquel Nápoles campeón con este, algo lógico por la necesidad en la hinchada que no hace tiempo vio a su equipo en Tercera. Pero no, aquel era otra cosa. La magia única de Maradona lo invadía todo. Todavía hoy lo hace. 

La revancha. De Gerd Müller a Thomas Müller hay cuarenta años de diferencia. Cuarenta años de éxitos del Bayern, un gigante capaz de ganar tres finales jugando peor que su rival y perder tres jugando mejor. No fue peor que el Aston Villa, el Manchester United o incluso el Inter de Mou. Y sí lo fue ante Leeds, Saint Etienne y, sobre todo, el Atlético. Aquella noche en Bruselas, cuando Gárate pierde aquella pelota que acaba en los pies de Schwarzenbeck, el Atlético había superado al Bayern. Llega el momento de una dulce revancha.  

Clásico devaluado. Huérfanos de goles en los clásicos en Argentina, uno recuerda el momento de esplendor en los ochenta y noventa. Aquel Boca-River en 1981 con Maradona, Brindisi y Perotti ante el River de Fillol y Passarella. Aquella pelota que Maradona bajó con la izquierda ante Fillol, luego el recorte y un pase a la red de los suyos. Terminó 3-0 y fue la primera gran obra de Maradona en Boca. Llegarían muchas más. Eran tiempos mejores en el fútbol argentino. 

FA Cup. Rooney jugó detrás de Rashford, y de él partió la jugada que terminó con el gol de Martial que metió al United en la final de FA Cup. Será ante el Palace y ese partido trae inevitable el recuerdo de Bright y Wright. Eran los puntas del Palace cuando se midieron al United en aquella final en Wembley en 1990. Bright no pasó de ser un delantero correcto. Wright sería poco más tarde uno de los grandes goleadores de la historia del Arsenal. 

Iheanacho. Disfrutar de forma especial los Mundiales Sub- 17 y Sub-20 forma parte del amor por el fútbol. Talentos que sorprenden y muchos de ellos se pierden. Por eso cada vez que Iheanacho hace goles con el City uno siente una satisfacción personal. Boquiabierto me dejó en el Mundial Sub-17 de 2013 en Emiratos. Aquel nigeriano tenía una superioridad sobre el resto que asustaba. Llegó y va para jugador de los grandes. Tal vez ante el Real Madrid tenga minutos.