La fatiga es una de las causas
Marcelo se retiró a la media hora del partido ante el PSG aquejado de un dolor en la parte posterior del muslo izquierdo. En las imágenes pudimos ver cómo se echaba la mano atrás y cojeaba ligeramente. Para que un jugador abandone a su equipo en la Champions, tiene que ser por una circunstancia real, no por una simple sensación de molestia. Basándome en ello y sin saber el diagnóstico exacto, lo más lógico sería pensar que se trata de una lesión muscular de los isquiotibiales. En ese caso, estaría alejado de los terrenos de juego más allá del próximo Clásico. Los músculos isquiotibiales, de los que últimamente tanto se habla, son los que están en la parte posterior del muslo y están formados por el bíceps femoral, el semimembranoso y el semitendino, que juegan un papel fundamental en acciones de alta velocidad, sprints, cambios de ritmo y dirección y multisaltos. Es decir, en la aceleración-desaceleración, lo que los médicos llamamos “paso de la contración concéntrica a excéntrica”, que es justamente el momento en el que se produce habitualmente la lesión en el bíceps femoral.
Los factores desencadenantes de esta lesión suelen ser: la falta de flexibilidad, la debilidad y fatiga muscular y, a veces, el desequilibrio lumbo-pélvico. De ahí la importancia que tienen los sistemas de prevención mediante el control neuromuscular de miembros inferiores y suelo pélvico. Pero lo más importante es buscar un equilibrio entre competición, entrenamiento y descanso como mecanismo de prevención. Si no hay descanso adecuado, el metabolismo muscular no se recupera y la coordinación neuromuscular no se ajusta a las demandas físicas exigidas por la alta competición.