En juego el futuro económico

No valen excusas. El miércoles el Vicente Calderón tiene que estar a reventar. El Atlético se juega su primera gran final de la temporada. Por un lado, el vestuario sigue teniendo la cuenta pendiente de la final de Lisboa y está mentalizado para llegar este año a la de Berlín. Por otro lado, y quizá lo más importante, es que está en juego el futuro económico de la entidad. Esta temporada el presupuesto ha subido de 145 a 173 millones debido a los éxitos que el año pasado se alcanzaron en Europa. Los propios jugadores saben que los aumentos de sus fichas pasan porque todos los años, de manera regular, el equipo llegue como mínimo a octavos de final de la gran competición continental. Es la llave que abre la puerta a la llegada de patrocinadores, posibles socios y aumento de euros en las arcas colchoneras. Caer sería condenarse a la Europa League y la diferencia es abismal.

Tampoco Simeone y su gente se lo toman a broma. Es verdad que la prioridad rojiblanca en la Liga es el tercer puesto que les asegura que el año que viene estarán en Champions otra vez. Pero, en cambio, se sienten casi invencibles en las competiciones a ida y vuelta. Lo han demostrado en la etapa del cholismo, pues han ganado una Europa League, la Copa y por dos minutos de descuento arbitral, no tocaron el cielo en Lisboa. Los futbolistas y técnicos entienden que están en un proyecto único y que este tren no lo van a volver a tener en sus respectivas carreras deportivas.